I
Queríamos hacer un álbum con fotografías
que mostrara contrastes, dualidades.
Podía ser, por ejemplo, el claro-oscuro
tan nítido en la foto
que muestra la repisa de la estufa
lleno de objetos varios:
vasos, libros, juguetes.
Todo eso cortado
diagonalmente por una luz muy fuerte
que casi desdibuja lo que toca.
En la parte sombreada
tampoco es fácil distinguir objectos.
Lo que ves, desde lejos,
es ese dualidad de luz y sombra
un oblicuo limite cortante.
Y tu mirada
se pierde y se recobra fugazmente:
sí, esto era un vaso. Esto parece un libro.
Aquí estaba la jarra.
I
We wanted to make an album of photographs
showing contrasts, dualities.
There might be, for example, a chiarascuro
so sharp in the photo
that it shows the mantel of the fireplace
full of various objects
glasses, books, toys.
All cut
diagonally by a light so strong
it almost obscures what it touches.
Nor is it not easy to distinguish objects
in the shadowed part.
What you see, from a distance,
is this duality of light and shadow
an oblique border so sharp
that your gaze gets lost and only fleetingly recovers:
yes, this was a glass. This looks like a book.
Here was the pitcher.
I
(La foto ambigua)
Ni siquiera se sabe
cómo hay que mirarla
esas ramas ¿ascienden?
Entonces eso azul debe ser agua.
—-No, no. Esas ramas
en realidad descienden
desde un tronco cercano
que no se ve en la foto.
Y esto azul no es agua
sino una piedra lisa, azulada
que formaba una especie de pared
desde donde caían las gotas
hacía un hilo de agua, muy abajo.
—Que tampoco se ve.
—Es cierto. Pero la memoria
pudo guardarlo.
II
Aquí está en primer plano una mesa
llena de objetos diversos: un juguete,
unos lápices, hojas, un platillo.
En la foto siguiente están los mismos
pero no idénticos.
Ya la hora del día no es la misma.
Alguien quitó el juguete. Hay una taza.
Y la luz cae, de diferente forma
sobre la ausencia.
III
El ojo de la cámara nos muestra
altos follajes entrecruzados.
Entre ramas sin hojas se dibujan
casi perfectos triángulos, o rombos, o formas
con muchos ángulos.
Intricado mensaje.
IV
(Foto de un patio)
Hay un gran patio vacío
Únicos habitantes: dos helechos
en sus grandes macetas.
Hay también un espejo en la pared
y uno de los helechos se refleja
muy claramente en él. No hay más nada.
La luz y la sombra
ha devorado el tiempo.
—-¿Qué hora es?
La hora muda.
La hora del silencio.
V
Miramos viejas fotografías
de aquella casa
en la que ahora nadie vive.
La puerta que de al fondo está entreabierta
y ya hay discusiones
sobre qué cuarto era ese otro
apenas entrevisto. . .
Los recuerdos, como los rompecabezas
en que hay piezas que faltan
no se arman bien, ne se ajustan:
¿cual era?
Desde el patio inundado de blancura
la puerta se entreabre hacia la sombra.
VI
(Foto de raíces)
La gran raíz de un árbol gigantesco.
No se ve el follaje
y solo algo del tronco.
En primer plano: los raíces
extendidas, abiertas,
hundiéndose en la tierra.
Alrededor se ven los otros árboles
pero no el fin de bosque.
Ne se puede saber donde, en qué parte
en qué país están. Y no se sabe
por qué se quiso hacer perdurar los raíces
y se eligió esta mirada parcial: solo ellas solas
frente a los ojos.
Invisible es en cambio su movimiento oscuro.
Siempre hundiéndose, siempre
sombra en la sombra.
VII
(La alta torre)
La alta torre metálica
de donde salen y llegan cables eléctricos
—con electricidad de alto voltaje—
está solo en le campo vacío.
Una gran luna llena, a su costado
le hace compañía.
Sus mares secos son visibles.
Su brillo anaranjado
domina toda la fotografía.
En apariencia, todo inmóvil
pero todo se mueve
muy lentamente, claro.
No va a ser fácil verlos
—en algún otro día—
a la misma distancia sobre el horizonte,
la enorme luna llena
y a su costado la delicada torre
con su fino entramado
de varillas y cables
sobre la tierra
en sombra.
Y todo vuelto pura geometria:
juego de formas puras.
Detrás: un cielo casi lila.
VIII
Escritura de la luz: fotografía.
Así dice su nombre. La extraña maravilla
—que ya no nos conmueve—
Se ha vuelto tan trivial, rodea tanto,
¡por todos lados!
Aún así, de a ratos, el asombro
es todavía inmenso. . .
¡Cómo puede escribir el diminuto lápiz
con tanto nitidez!
La luz escribe un cuadro de noticias
minúsculas, a veces,
(la sombra de una hoja sobre el piso)
pero siempre son ciertas.
I
(Ambiguous photo)
No one even knows
how to look
at these branches. Do they ascend?
If so the blue must be water.
—-No, no. In reality
these branches descend
from a nearby trunk
that you cannot see in the photo.
And this blue is not water
but rather a smooth blue stone
that forms a kind of wall
from which drops fall
toward a trickle of water, far below.
—Which also cannot be seen.
—It is true. But memory
was able to save it.
II
Here in the foreground a table
full of various objects: a toy
some pencils, leaves, a dish.
In the subsequent photo, the same
but not identical.
Now the time of day is no longer the same.
Someone removed the toy. There is a cup.
And the light falls, from a different direction
over the absence.
III
The eye of the camera shows us
high interlaced foliage.
Between branches without leaves are drawn
nearly perfect triangles, or diamonds, or shapes
with many angles.
Intricate message.
IV
(Photo of a patio)
There is a large, empty patio
The only inhabitants: two ferns
in their large pots.
There is also a mirror on the wall
and one of the ferns is very clearly
reflected in it. There is nothing more.
The light and shadow
have devoured time.
What time is it?
The mute hour.
The hour of silence.
V
We look at the old photographs
of that house
where no lives now.
The door to the back garden is half-open
and already there are discussions
about which room this was this other
barely glimpsed. . .
Memories, like jigsaw puzzles
in which there are pieces missing.
do not come together, do not fit:
which was it?
From the patio flooded with whiteness
the door half-open toward shadow.
VI
(Photo of roots)
The great root of a gigantic tree.
You cannot not see the foliage
and only some of the trunk.
In the foreground, the roots
extended, open,
burying themselves in the earth.
All around you see other trees
but not the end of the forest.
You cannot know where, in what part
of what country they are. And you do not know
why the photographer wanted the roots to endure
and so chose this partial view: only them alone
in front of your eyes.
The root’s dark movement, on the other hand, is invisible.
Always burying itself, always
shadow in shadow.
VII
(Tall tower)
The tall metallic tower
from which electric cables leave and arrive
—with high voltage electricity—
is alone in the empty countryside
A huge full moon, at its side,
keeps it company.
The moon’s dry seas are visible.
It’s yellow brilliance
dominates the whole photograph.
It appears still, unmoving
but everything moves
very slowly. clearly.
It will not be easy to see them
—on some other day—
at the same distance on the horizon,
the enormous full moon
and at its side, the delicate tower
with its fine fretwork
of bars and cables
over the earth
in shadow.
And all turns to pure geometry
play of pure forms
Behind: a sky nearly lilac.
VIII
Writing with light: photography.
So the name says. The strange marvel
—which no longer moves us—
It has become too trivial, surrounds us
on all sides!
Even so, at times, the astonishment
is still immense . . .
How can this tiniest of pencils
write with such clarity!
Sometimes, the light writes a picture full of news
in the tiniest lower case letters
(the shadow of a leaf on the floor)
but it is always true.